La aprobación de la Reforma Energética o ¿dónde está esa oposición llamada PAN y MC?
Gilberto Cisneros
10/17/20243 min read
El oficialismo sigue cocinando de manera exprés sus reformas. Esta noche de jueves, el Senado de la República aprobó la Reforma Energética impulsada por Morena y sus aliados con la arrogancia que ya les caracteriza. Sin diálogo, sin escuchar a la ciudadanía, el oficialismo volvió a imponer su agenda, destruyendo lo poco que quedaba de debate democrático en nuestro país. Lo más grave es que se transgreden los procesos legislativos y lo más indignante no es sólo la aprobación de una reforma que hipotecará el futuro energético de México, sino la ausencia de aquellos que, se supone, deberían defendernos: el PAN y Movimiento Ciudadano.
Una vez más, el PRI, liderado por Alejandro Moreno, fue el único partido que alzó la voz, el que dio la cara ante el oficialismo, la única fuerza política que se opuso con firmeza a esta traición al pueblo mexicano. Mientras Morena arrasaba con su mayoría, los senadores del PRI resistieron, plantando cara ante una reforma que entrega el control energético del país a intereses oscuros, poniendo en peligro nuestra soberanía y el bienestar de las futuras generaciones. Pero, ¿y el PAN? ¿Y Movimiento Ciudadano? Brillaron por su ausencia, demostrando que no les interesa el país ni la justicia social.
La Reforma Energética que Morena aprobó no es más que una máscara para encubrir la centralización y el abuso de poder. Bajo el disfraz de "fortalecer" a las empresas estatales, lo que realmente buscan es monopolizar el control energético para seguir alimentando su maquinaria clientelista. Esta reforma no garantiza un futuro sostenible ni competitivo para México. Lo único que garantiza es que las próximas generaciones estarán condenadas a pagar los excesos de este gobierno.
¿Dónde estaba el PAN cuando se discutía esta aberración? ¿Dónde estaban los supuestos defensores de los ciudadanos? Seguramente dormiditos en sus camas de lujo. Sus senadores, apáticos, ignoraron la gravedad del momento. Ya ni siquiera simulan ser oposición. Después de la campaña presidencial pasada, la mayoría de panistas pasaron de ser voces relevantes en el espacio públicos a meros espectadores con salario y prevendas que miran de forma pasiva el desmantelamiento del país, este México que pareciera no les interesa.
No podemos dejar de señalar a Movimiento Ciudadano, ese partido que se pinta como el "nuevo rostro" de la política mexicana. ¡Qué rostro! Su silencio durante esta aprobación fue ensordecedor. Los naranjitas no hacen nada más que mirar con sus sonrisas perfectas a lo Maynes cómo el país se desmorona; los nuevitos prefieron usar su plataforma para hacer campañas virales en redes sociales que enfrentarse a las decisiones que realmente afectan a México o, ya de plano, se enferman de repente como Colosio Jr. que puso pies en polvorosa. ¡Qué vergüenza! Mientras las calles claman justicia y el país se hunde en el caos de decisiones tomadas desde el poder central, ellos prefieren esquivar su responsabilidad.
Por el contrario, el PRI ha demostrado que sigue siendo el único bastión de resistencia frente a la devastación institucional de Morena. Alejandro Moreno ha dejado claro que no se dejará intimidar por los excesos y amenazas del oficialismo. Su intervención en el Senado fue contundente, recordándole a los legisladores de Morena que su mayoría no es un cheque en blanco para destruir el país. Moreno y su equipo se mantienen firmes, denunciando que esta reforma es un atentado contra la soberanía energética de México y un golpe bajo a los ciudadanos que verán cómo los costos de la energía y el combustible se disparan en los próximos años. A pesar de ser una minoría, el PRI hizo lo que debían hacer todos: defender los intereses del pueblo.
Lo que hemos visto en esta votación es la culminación de un proceso en el que el PAN y Movimiento Ciudadano han dejado de ser relevantes. Su falta de compromiso y de presencia es la señal más clara de que estos partidos han abandonado a México. Se han convertido en una oposición de adorno, en títeres que sólo buscan mantener sus posiciones y beneficios, mientras el país se desmorona. ¿De qué sirve tener legisladores que no luchan por el bienestar de la nación? ¿De qué sirve que nombres como Kenia López Rabadán o Ricardo Anaya sigan figurando en las listas de representación, si en momentos cruciales simplemente no aparecen? La respuesta es clara: no sirven para nada.
La Reforma Energética que se aprobó bajo una oscura madrugada de octubre será recordada como uno de los momentos más oscuros en la historia moderna de México. Pero también será recordada por la traición del PAN y de Movimiento Ciudadano al pueblo mexicano. Mientras el PRI se mantiene como la única voz de resistencia, los otros partidos prefieren el silencio, la apatía y el abandono. Los ciudadanos no olvidaremos. Sabemos quiénes estuvieron de nuestro lado y quiénes se escondieron cuando más los necesitábamos.

