Alejandro Moreno asume la voz de la democracia en tiempos de hegemonía y retroceso

Gilberto Cisneros

10/1/20243 min read

Alejandro "Alito" Moreno tomó la palabra en la ceremonia de toma de protesta de Claudia Sheinbaum y el recinto legislativo se estremeció. Vivimos días en los que la política en México está marcada por la polarización y el autoritarismo, el líder del PRI se levantó como una figura firme y crítica, con un discurso propositivo y constructivo para el futuro de nuestra nación. Sus palabras no fueron una simple intervención de cortesía, sino un llamado urgente para retomar el camino hacia la verdadera democracia, el respeto a las instituciones y la Constitución.

Moreno dejó claro su mensaje: “La mejor forma de preservar la república es respetar la Constitución”. Con esta frase posicionó al PRI como el guardián de los principios democráticos que muchos consideran en riesgo bajo el nuevo gobierno. Mientras otros partidos de la oposición parecen desvanecerse, con discursos débiles o vacilantes, el PRI, bajo el liderazgo de "Alito", se planta con fuerza y decisión. Esta firmeza no es solo crítica, sino que busca un diálogo real, uno que no se base en el odio ni en la división, sino en el respeto mutuo y en la construcción conjunta del país.

Moreno, con una clara referencia al modelo presidencial que describió como “agotado”, no dudó en señalar los errores del pasado, tanto del gobierno saliente como de su propio partido. “Nosotros somos críticos de los errores en que incurrimos en el pasado, aunque hayamos sido gobierno”, admitió con valentía, un gesto que evidencia la renovación al interior del PRI, listo para corregir y aprender de los desaciertos. Pero la crítica no se detiene ahí: también puso el dedo en la llaga al hablar de las políticas actuales que “ahora exhiben sus contradicciones y sus grandes limitaciones”.

Este discurso es una clara advertencia de que el PRI no será un partido sumiso, pero tampoco caerá en la crítica vacía y destructiva. La oposición que representa Alejandro Moreno se alza como una alternativa sólida frente a lo que describe como una regresión hacia un sistema hegemónico que México ya había superado en su transición democrática. “Hoy nos trasladamos en un trayecto inverso, desde la incipiente democracia hacia el regreso de la hegemonía”, alertó, con una claridad que no dejó espacio para la duda.

En un país donde muchas veces el poder es utilizado para silenciar y dividir, Moreno se posicionó como un defensor del diálogo y la unidad. “Ninguna mayoría legítima y auténtica debería oponerse a escuchar, a dialogar, porque sólo con diálogo se puede fortalecer a la República”, enfatizó. Esta postura es un contraste con las prácticas recientes que buscan imponer un pensamiento único y acallar a quienes piensan diferente. En un entorno político cada vez más polarizado, el llamado de Alejandro Moreno a la paz, la libertad y la justicia suena como un eco necesario y urgente.

Lo que diferencia al discurso de Moreno de otros líderes de la oposición es su insistencia en que el PRI no se dedicará a criticar, sino a proponer. “El PRI sabe dialogar, tiene experiencia para proponer y sabe construir acuerdos”, afirmó. Y lo respaldó con una serie de propuestas claras: desde la revisión del sistema de salud y educativo hasta la restitución del Fondo Nacional de Desastres; lo más importante fue su llamado a fortalecer el diálogo con socios comerciales clave como Estados Unidos y Canadá, así como su compromiso con la defensa de los derechos humanos y la lucha contra el cambio climático.

Alejandro Moreno cerró su discurso con una declaración contundente: “México no se puede conformar con lo ordinario, tenemos que pensar en grande y ver hacia adelante”. Esta afirmación resume la visión de un PRI que, bajo su liderazgo, busca posicionarse como el partido que puede corregir el rumbo del país. Un partido que no se conformará con la mediocridad ni permitirá que se retroceda en los logros democráticos alcanzados.

El mensaje final de Moreno dejo en claro que el PRI está preparado para luchar por un México mejor, un México donde el diálogo, la paz y la justicia prevalezcan. “Nadie por encima de la patria, nadie por encima de la ley, nadie por encima de la constitución”, concluyó. Un cierre que resonó con fuerza entre los presentes, dejando claro que el PRI, bajo la dirección de "Alito", está más vivo que nunca y preparado para enfrentar los retos que vienen. El discurso de Alejandro Moreno no solo reafirma al PRI como una oposición fuerte y constructiva, sino que también marca el inicio de una nueva etapa política para el partido y para México. Un llamado al diálogo, a la unidad y a la defensa de los valores democráticos, en un momento donde el país más lo necesita.